jueves, 30 de julio de 2009

La fugacidad de la vida

¿Ayer naciste y morirás mañana? La pregunta a la rosa que es la vida ( que es la mujer, pero también el hombre: el ser humano en general) se estira desde el nicio de los tiempos hasta nuestros días.
Vive rápido es o ha sido la consigna de muchas generaciones que han encontrado en el tema de lo fugaz que es nuestra existencia, una inspiración fructífera para canciones, novelas, pinturas y poemas.
Luis de Góngora, poeta del barroco nos muestra en "A una rosa" una versión del tópico antes señalado, en el que la comparación y la reflexión acerca de nuestra propia vida se torna inevitable, tanto en su vertiente existencial como en su pertenencia a una época marcada por una visión anclada en una realidad que a cada paso se volvía una carga más y más onerosa para los habitantes de su tiempo.
Pasamos así de la rosa de Garcilaso: pletórica de belleza y juventud a la rosa gongorina, no menos bella, pero quizás más apegada a lo terreno que la rosa inefable del renacimiento.

2 comentarios:

  1. Josefa Cardemil:
    Deseéme un feliz cumpleaños porfesor.

    COMENTARIO DE TEXTO
    A UNA ROSA
    LUÍS DE GÓNGORA Y ANGOTE


    Durante la época del Barroco, España se dio el lujo de dar cuna y hogar a muchas de las grandes figuras de dicha tendencia. Varios fueron los pintores y literatos españoles que son recordados hoy por sus creaciones barrocas.

    En el ámbito de las letras, destaca el cordobés don Luís de Góngora y Argote, quien viviera entre los años 1561 y 1627. Cultivó la tendencia del Culteranismo, una estética del barroco caracterizada por el uso del lenguaje en un sentido altamente culto y distinguido, que produce en las frases una belleza singular. Su poesía se ha convertido en un símbolo de la elegancia, donde la utilización de figuras retóricas dotan al lenguaje de una alta densidad.

    Dentro de las obras de Góngora, se encuentra el soneto A una Rosa que se expone a continuación.

    A una rosa
    Ayer naciste, y morirás mañana.
    Para tan breve ser, ¿quién te dio vida?
    ¿Para vivir tan poco estás lucida?
    Y, ¿para no ser nada estás lozana?

    Si te engañó su hermosura vana,
    bien presto la verás desvanecida,
    porque en tu hermosura está escondida
    la ocasión de morir muerte temprana.

    Cuando te corte la robusta mano,
    ley de la agricultura permitida,
    grosero aliento acabará tu suerte.

    No salgas, que te aguarda algún tirano;
    dilata tu nacer para la vida,
    que anticipas tu ser para tu muerte

    El soneto se presenta estructuralmente ante dos cuartetos y dos tercetos. Sus versos son endecasílabos, envueltos en una rima consonante alterada.

    A una Rosa trata en particular el tema de la fugacidad de la vida, preocupación constante en el barroco. Esto se comprueba en su verso “ayer naciste y morirás mañana” donde el autor expresa drásticamente que entre los eventos del nacimiento y la muerte, no hay más que un día, que la vida pasa, fugazmente, y las personas no son capaces de percibirla. En este verso, destaca también el uso de la figura literaria de la antítesis, muy utilizada en los textos barrocos.

    Además de la antítesis ya mencionada, puede entenderse a la rosa como una metáfora de la mujer. A través de la fugaz existencia de una rosa, Góngora narra la vida entera de una mujer, pues ésta se ve representada en el soneto por una rosa.

    El poema está rodeado de una atmósfera de pesimismo. Una ves más, es notable que las circunstancias de Góngora, el barroco, influyen notablemente en su creación, pues el gran tema del barroco fue, precisamente, el tempos fugit, y ante tal preocupación, es entendible el carácter pesimista que tomará el sentido de la vida para estos poetas. Si la vida es fugaz, cuál es, entonces, la razón de vivir. La vida va perdiendo sentido por el sólo hecho de ser corta, pues de nada sirve estar vivo si se sabe que se va a morir en corto tiempo.

    Puede notarse en el poema, el desarrollo de un lenguaje críptico, cargado de un sentido oscuro y tenebroso, todo lo cual es bastante útil para ir contextualizando a la muerte. La sintaxis es bastante recargada, empleándose un lenguaje culto y clásico.

    En síntesis, el soneto A Una Rosa, de Luís de Góngora, narra metafóricamente a una mujer desde la perspectiva de una rosa, quien debe enfrentar la brevedad de la vida. Se destaca el cargado dejo de pesimismo que el autor no intenta ocultar, pues a lo largo del soneto, se encarga de recordar a la rosa, o en otras palabras a la mujer, que no es necesario guardar su belleza y pureza, pues de la nada servirán en el ocaso de su muerte.

    En general, el poema refleja no sólo una preocupación típica del barroco, sino más bien un problema que se ha presentado a lo largo de la humanidad, pues es innegable que a muchos pareciere, en algún estado de su vida, sentir que la vida es corta, injusta, casi innecesaria por el sólo hecho de ser una antesala de la muerte, el destino irrevocable de todo ser humano.

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