jueves, 12 de marzo de 2009

El Destino y la tradición

La mayoría de los comentarios acerca de la existencia del Destino como una fuerza externa e inexorable que guía la vida de los seres humanos ha negado esta posibilidad: se trata de la glorificación del ser humano en su potencialidad transformadora del mundo, un pensamiento poco frecuente en un ambiente signado por la omnipresencia de la "crisis"como verdadera parca esperando llevarnos hasta nuestro fin.
La historia ha atribuido al ser humano la capacidad de operar sobre la naturaleza; sin embargo, ha cifrado la mayor parte de las veces esta capacidad en los hombres, dejando a la mujer espacios secundarios, cuando no inexistentes: un ejemplo de ello es el rol de la mujer en la antigua Grecia, supeditada a la autoridad masculina y relegada a lugares "no públicos."
La historia también se ha encargado de desmentir esta situación: a menudo vemos cómo las mujeres asumen cada vez más cargos de responsabilidad pública y se enfrentan con éxito a los mismos desafíos que los varones.
Me gustaría que ustedes respondan en qué medida esta especie de independencia, autonomía o libertad de la mujer se da en la literatura ( se da en la vida) a pesar de la tradición antropocéntrica propia de nuestra cultura.
Relacionen su argumentación con la lectura de Medea.
Saludos

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